martes, 5 de marzo de 2013

La cana

Le gusta vestir de negro, no recuerda ni por qué, ni cuándo empezó a ser su forma favorita de vestir. Toma como excusa que una vez, hace pocos años, alguien le dijo que su pelo, negro azabache, se fundía con una de sus blusas negras, "es la forma más bonita de tener extensiones, sin tenerlas... " dijo aquella mujer de naturaleza elegante. A ella solo le pareció gracioso el comentario.

Ciertamente amaba el negro... no solo en su vestimenta, todas sus mascotas habían sido negras como la noche: un perro ferozmente grande, una gata fantasma y un simpático conejo que cuando llegó cabía en la palma de su mano y que luego creció más de lo imaginado. 

A raíz de su insomnio, le gustaba decir que era porque el día era demasiado festivo y escandaloso en sus colores, en cambio la noche... la noche negra... era hermosa... era poética... era fresca y sobria. 

Aquella tarde, buscó lo que se pondría para la ocasión, iría por el hombre que le acompañaba habitualmente en sus días y luego irían a uno de esos eventos que son tan inapropiados como decir que el arte debe ser siempre vendido a altos costos. Aunque sabía que habían empezado a aparecer algunas canas, nunca les había prestado demasiado atención, eso si... había corroborado que eran inmensamente blancas, no como esas canas a medias, amarillentas y feas... no, sus canas eran blancas, muy blancas, le parecían hermosas contrastadas con el resto de oscuridad que portaba en la cabeza. 

Salió de su cuarto, casi lista para marcharse, entró a la cocina para tomar un vaso de agua, ahí estaba su hermana, una de esas hermanas jóvenes, que no temen aún a la edad... le soltó con sorpresa: "TENES UNA CANA!!!. "Varias tengo" contestó a secas ella. La mozuela impertinente la señaló, justo al pecho. Bajó la mirada, ahí estaba... una inmensa cana... larga... blanca... apostada justo sobre su pecho, se había desprendido desde la raíz, estaba completa e indefensa, expuesta, vulnerable. 

Pensó ella... "con que así se siente... estoy volviéndome vieja", justo cuando le dio clic a "publicar", 9 horas después de haberse quitado la cana de la blusa negra. 

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