lunes, 18 de marzo de 2013

Nunca

Nunca he sido la más indicada,
ni la más linda, ni la más comprensiva.
Más bien siempre he sido rara,
lo atestiguan mis amigos
y los amores que se me murieron una noche
sin más ni más.

Puede ser que nunca
encuentre las respuestas adecuadas
ni que de tu boca salgan las palabras que espero,
puede ser que nada sea real,
puede ser que todo sea ayer.
Nunca me gusta pensar en dos.

Porque es tan difícil,
soy temperamental, no me entiendo sola,
no me gusta que entren a mi cuarto sin permiso,
ni el café tibio,
no me gustan los ronquidos que se atragantan,
ni los pies fríos.

No me gustan los silencios pesados,
esos que están reteniendo verdades no dichas,
no me agrada acostumbrarme a rutinas
porque luego, cuando todo acaba,
¿qué hago con las costumbres?
¿a dónde saco a pasear mis incertidumbres?
¿a quién le cuento mis alegrías?

Y no me gustan las lágrimas,
no me gustan los suspiros
ni las canciones que me recuerdan una tarde o una noche...
porque entonces me vuelvo idiota,
ninguna mujer debería de pasar por esto.

Como un día me harté de ser la que perdía
hablé con mi corazón,
le dije con franqueza,
que se dejara de babosadas,
que entendiera que nada es para siempre,
que los hombres son inexplicables,
insondeables,
inmensamente extraños
y de paso, a veces
eran incómodos también.

Buenos pleitos he tenido por esto,
mi corazón no entiende,
le insisto
"él es libre"
le repito...
"no nos pertenece"
"no le pertenecemos"
nada... el pinche no entiende.

En el silencio de la madrugada
me susurra el corazón...
"es cierto lo que me decis...
pero cuánto lo extrañamos".

Nunca he sido la más indicada,
ni la más linda,
ni la más comprensiva.
Más bien siempre he sido rara
y de paso,
tengo un corazón que es un desfachatado.
(diciembre 2012)

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