martes, 20 de agosto de 2013

Tengo miedo

Es una verdad ineludible...
he tenido miedo casi siempre.

Tengo miedo de la que soy y de la que no soy,
de las cosas que tengo que hacer como parte de ser adulta
y también tengo miedo de perder mi inocencia última.

Miedo a la oscura tormenta, acompañada con perros que ladran,
que sea cierto mi tormento de encontrarme con un desconocido en mi casa,
que no te encuentre entre mis sábanas,
tengo miedo de cosas reales y de otras fantasías.

Luego, ante este temor tan grande que me ha abarcado durante años,
cierro los ojos, aprieto los párpados, como para no encontrar esos miedos
nunca más ante mí, como si con este gesto de cobardía
pudiera encontrar toda la valentía.

Tengo miedo,
casi siempre lo tengo, pero no lo digo,
me lo guardo como una vergüenza más en mi vida,
como si no admitirlo me pudiera salvar un poco,
pero anoche,
en medio de todo el viento, el ruido y la furia,
te extrañé un poco
te extrañé mucho...
para decírtelo al oído,
tengo miedo
y quedarme dormida en tu abrazo
que es el único lugar seguro para mí.

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